Entiendo que haya distintas formas de pensar y por tanto que se tengan distintas estrategias de cómo afrontar los problemas. Todas son respetables, cada uno elige la que cree mejor y sus fuerzas le permiten.
La culpa nunca puede ser de la víctima. La directiva es clara, los culpables de no aplicarla son los gobernantes españoles, y hacerlo ahora sin dar solución al abuso al que han sido sometidos 800.000 trabajadores, solo se puede resolver satisfactoriamente con la presión de los afectados o en los tribunales.
Saludos